Más que advertir
deficiencias en la estructura de la Política de Prevención de consumo de Drogas
y Alcohol, que en general consideramos una buena propuesta, con metas puntuales
y la idea de un trabajo integral con las personas afectadas; entregando un
sustento importante. Quisieramos cuestionar el modo con que se ejecuta la
Estrategia Nacional de Drogas y Alcohol, visualizando lo entorpecedor que puede
resultar la burocratización de esta, en cuanto a las cuentas y/o avances que
deben informar los coordinadores comunales
a la oficina regional de SENDA; limitándose a cumplir lo que en papel se
señala y no dando espacio a nuevas formas de trabajo con las personas, que
quizás tendrían mayor éxito que lo tradicional. También es importante contar
con un trabajo interdisciplinario en las comunas, estableciéndose como una
obligación la presencia de un psicólogo que oriente a las personas que se
encuentran en un proceso de rehabilitación, pues es importante la educación del
tema y el apoyo permanente. En relación a esto, las municipalidades no siempre
están dispuestas a contratar los servicios de un profesional, viéndose
resultados débiles en las metas planteadas por el programa, en el caso
específico de SENDA Previene en la Comuna.
Por último, quisiéramos
mencionar la importancia de un
compromiso con y hacia la comunidad, pues muchas veces se realizan actividades
recreativas con el propósito de informar a las personas, y no somos capaces de
generar espacios para participar de ellos. Es nuestra responsabilidad lograr cambios
significativos tanto en temas de droga y alcohol como otros que buscan el
equilibrio personal y colectivo de la sociedad.